El grito de l'Escola del Poli es la contraseña de la inauguración. "Eo, eo… ¡eoooo!" Ni la ola de calor rebaja la alegría y energía de los 1.350 niños y niñas que participan en esta trigésimo octava edición en el campus de Vera. Solo la pandemia del 2020 obligó a suspenderla. En el campus de Gandia participan 25 niños y niñas.
Suena el aserejé y los payasos de la tele. Parece que no hubiera pasado el tiempo pero hay quien disfrutó de las primeras ediciones y está trabajando en la Universitat Politècnica da València. Crecen amistades e ilusiones y quienes fueron participantes son ahora monitores que acompañan y animan las actividades en un mes de vacaciones en el que, lo peor, es madrugar.
La recompensa es una diversión asegurada combinando actividades deportivas, lúdicas y de divulgación científica como los talleres en los laboratorios de la actividad Experimenta y conocer más a fondo los referentes femeninos de Dones de ciència. Ya llegará la hora de la siesta.
El campus de Vera se llena de gorras azules y camisetas con mangas de diferentes colores según grupos y edades. Como ha dicho el rector de la UPV, José E. Capilla, en la inauguración de l’Escola “llenan el campus de alegría. Es una iniciativa pionera en la universidad española que ha permitido a las familias conciliar” mejor su trabajo con las vacaciones escolares de sus hijos e hijas.
Los campamentos y la piscina son las actividades favoritas y con un imán en la nevera o descargado en el móvil se guarda el menú del bocata del día. Ahora también actualizado y adaptado a todo tipo de intolerancias.
El éxito de l’Escola del Poli se nota en que engancha y sigue después de los catorce años. Las actividades que se ofertan para jóvenes de entre 15 y 17 años, Campamento y Camino de Santiago, tienen lista de espera.
La diversión está asegurada.
Fotografía: Vicente Lara Sáez
Video: Amparo Berbegal Juan
Redacción: Carmen Revillo Rubio
Área de Comunicación de la UPV
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